Así es como
me encuentro esperando los resultados de lo que podría ser la prueba más difícil
de mi vida, pero no lo es, por la sencilla razón de que existen cosas más
terribles, y otras peores que tendré que vivir. El punto es que esta prueba es
vivida de distintas formas por muchos jóvenes y sus respectivas familias,
algunos les dan más importancia que otros, pero la pregunta es: ¿Qué es lo más importante: Tener un título o ser
felices? De mi parte es ser feliz, y es una respuesta instantánea, que no la
pienso ni por un segundo, pero otros realmente piensan la respuesta. Otros
podrían contestar que tener un título los haría feliz, pero que pasa con
aquellos que se cambian de carrera, que se encuentran en tercer año de medicina
y lo dejan todo por cumplir sus sueños de ser bailarines o los que cuando
pequeños soñaban con ser trotamundos. La felicidad se basa en muchas cosas – No
soy budista, atea, católica ni budista, si repito eso – Por ejemplo yo quiero
ser doctora, pero no siendo pesimista, sino que realista, puede ser que el
puntaje no me alcance, entonces tengo varios ases bajo la manga, uno de ellos
es estudiar otra carrera y si me gusta, la termino, en caso de que no me
convenza vuelvo a dar la PSU –nos volveríamos a encontrar otra vez, ¡que miedo!
-. Otra opción sería estudiar en el extranjero, tal vez Cuba, cuyos médicos son
los mejores del mundo, pero cualquiera sea la forma en la que termine
estudiando medicina y no importando el tiempo – espero no empezar a estudiar a los
treinta – Estoy segura de que conseguiré lo que quiero. Si quieres ser
baterista de una banda de jazz, procura ser el mejor en tu estilo; si quieres
ser acróbata circense, se el mejor en tu clase; si crees que tu vocación es
trabajar en un zoológico o ser enfermero, piloto de avión tal vez, sé el mejor.
Ojo no mejor que alguien, solo el mejor, y por supuesto se feliz que la vida es
ahora.
Ahora solo
queda esperar los resultados, claro que no pueden elegir esos horarios, qué les
pasa no piensan en la incertidumbre se este día.
